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Los SÍ y NO de una dieta para cuidar tu corazón

Los antecedentes familiares con enfermedades cardíacas son uno de los factores no modificables de un paciente para lo que no puede hacer nada. En cambio la alimentación, forma parte del grupo de factores modificables más fáciles de cumplir y con resultados muy significativos tanto para tu corazón, como para el organismo en general.

Una alimentación sana, balanceada y que atienda tus necesidades nutricionales no solo mejorará tu salud, sino que también podría influir en tu condición física y emocional.

Dile SI a estos alimentos en tu dieta

Una de las recomendaciones principales de un cardiólogo es que los pacientes apliquen una dieta sana, balanceada, baja en sodio, rica en potasio, limitar las grasas saturadas, trans y colesterol, disminuir el consumo de alcohol y poca cantidad de azúcares agregados. En este sentido, algunos alimentos que pueden servir para potenciar tu dieta son:

Frutas y vegetales, por lo menos la mitad del plato.

Variedad de cereales integrales, el 50 % de los cereales totales que incluyes a tu dieta deben ser integrales. Tales como: salvado, avena integral, harina de avena, choclo entero, arroz integral, centeno entero, cebada de grano entero, alforfón, y el mijo.

Lácteos bajos en grasa o sin ella, revisa las etiquetas de la leche de vaca, leche de soja, queso, yogurt y todos los lácteos que consumes, para elegir las que tienen menos cantidad de grasa.

Productos cárnicos, como aves sin piel, mariscos y cortes magros (con poca grasa).
Otros alimentos, como los huevos y los frutos secos sin sal.

Limita estos alimentos en tu dieta

Revisa la información nutricional que está en la etiqueta de los alimentos que consumes y evita incorporar en tu dieta los que contienen altas concentraciones de:

Grasas saturadas: es posible identificarla en alimentos preparados como el pollo a la broaster, pizza, helado, tortas, galletas y hamburguesas. Limita el consumo de grasa saturada a un máximo de 10 % del total de calorías por día.

Grasas trans: podemos conseguirla en alimentos procesados como la margarina, refrigerios industrialmente preparados y alimentos fritos.

Colesterol: podemos conseguir mayores concentraciones en alimentos de fuente animal, como la leche entera, queso, tocino y huevos (máximo 1 huevo al día se considera saludable).

Sodio: es posible consumirlo principalmente a partir de la sal alimentaria. Establece un límite máximo de 2,300 miligramos por día, lo que equivale a 1 cucharada diaria (atiende las recomendaciones de tu médico en caso de que indique valores referenciales diferentes).

Azúcares agregados: no todo lo que es dulce es malo, por ejemplo, las frutas y vegetales contienen azúcar de carácter natural que puedes consumir sin problemas (a menos que tu médico indique lo contrario), sin embargo, es necesario limitar la azúcar añadida de los alimentos procesados, es decir, la que colocan en helados, dulces, tortas, bebidas, entre otros.

Es posible que la etiqueta de información nutricional presente este ingrediente como: jarabe de maíz, edulcorante de maíz, fructosa, glucosa, sacarosa, dextrosa, lactosa, maltosa, miel, melaza, azúcar en bruto, azúcar invertido, jarabe, caramelo o concentrados de jugo de frutas, que son diversos tipos de azúcares añadidos.

Aunque una adecuada alimentación es esencial para cuidar tu corazón, hacer ejercicio regularmente es el complemento perfecto para una vida más sana.

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