Las grasas en tu alimentación: ¿Buenas o malas?
Al contrario de lo que se pueda pensar, las grasas son un tipo de nutriente esencial para el organismo, sin embargo, debemos aprender a diferenciar y elegir las opciones más saludables para potenciar la dieta sin poner en riesgo nuestra salud.
Las grasas son un tipo de combustible que proporcionan energía al organismo, a tal punto, que al hacer ejercicios, tu cuerpo quema las calorías provenientes de los carbohidratos, pero luego de unos 20 minutos de práctica, procederá a eliminar aquellas calorías que vienen de las grasas.
No obstante, la grasa no solo es combustible, también apoya diversos procesos del organismo que tienen que ver con el embellecimiento y mantenimiento tanto de la piel como del cabello, estimula la absorción de vitaminas liposolubles importantes como la A, D, E y K y ayuda a termo regular la temperatura corporal cuando hace mucho frío.
La alimentación y las grasas
La alimentación es fundamental para proveer una gran variedad de nutrientes que el cuerpo necesita, en el caso de las grasas, es considerada como principal fuente de ácidos grasos esenciales, que se conocen médicamente como linoleico y linolénico, dos sustancias que el organismo necesita para emplear otros procesos (como controlar inflamaciones y regular la coagulación sanguínea) y que además, no puede producir, por ende, debe suministrarse a través de la dieta.
Es considerada una sustancia que engorda, esto se debe a que por cada gramo de grasa que consumes, proporcionas a tu cuerpo 9 calorías, un rango que dobla los aportes calóricos que se consiguen con el consumo de carbohidratos y proteínas, que generalmente ronda en 4 calorías por gramo.
¿Cómo se clasifican las grasas?
El tipo de ácido graso que contiene determina si la grasa que consumes es saturada o insaturada.
1. Grasas saturadas
Estas producen un aumento del colesterol LDL o malo, un factor que influye de forma negativa en los procesos que mantienen tu cuerpo saludable y además, se constituye un factor de riesgo para afectaciones graves como los accidentes cerebrovasculares (ACV), por cuanto se forman placas cerosas que obstruyen el flujo sanguíneo.
En este sentido, toma las siguientes previsiones sobre su consumo:
- Tu límite de consumo de grasas saturadas no debe exceder del 6% de calorías totales que incluyes en tu dieta diaria.
- Aprenda a identificar los alimentos con elevados aportes de grasa saturada. Estas las podemos conseguir generalmente en mantequillas, queso, leche entera, helado y carnes muy grasosas. Aunque también es posible adquirirla a partir del consumo de aceites de origen vegetal, como el de palma y coco.
2. Grasas insaturadas
Al contrario de las saturadas, son consideradas saludables por cuanto ayudan a disminuir el colesterol LDL o malo. Se pueden identificar por cuanto su gran mayoría son líquidas a temperatura ambiente, no obstante, se sub clasifican en:
- Grasas monoinsaturadas: tales como el aceite de oliva y canola.
- Grasas poliinsaturadas: como los de girasol, maíz y soya.
3. Ácidos transgrasos
Son un tipo de grasa perjudicial para la salud, proviene del resultado de un proceso de solidificación que se conoce como hidrogenación.
Las grasas trans, hidrogenadas o parcialmente hidrogenadas (como las mantequillas y margarinas), tienen un impacto negativo en el organismo, por cuanto no solo elevan el colesterol LDL (malo), sino que también, influyen de forma significativa para bajar el colesterol HDL o bueno, por ello, los médicos recomiendan revisar las etiquetas de los alimentos empacados, a fin de identificarlos y limitar su consumo.
En conclusión, las grasas son necesarias para el organismo, sin embargo, se debe tener cuidado con el tipo y cantidades que añades a tus comidas. Entre las formas más saludables de consumo de ellas, es importante que consideres preferir los aceites de oliva o de canola en vez de mantequillas o margarinas. Si crees que esta tarea es muy difícil, te recomendamos buscar la guía especializada de un nutricionista.